No es casualidad que a Vung Tau se le conozca como “la tierra del Buda y el mar”. En la cima del Monte Grande (Nui Lon), la pagoda Thich Ca Phat Dai resplandece, serena y majestuosa, como una joya entre el verdor del bosque.
 La sala principal de la pagoda Niet Ban Tinh Xa. (Foto: phatgiao.org.vn) |
El sendero hacia el templo, flanqueado por árboles y perfumado por incienso, guía en silencio a los peregrinos. La estatua de Buda meditando bajo el árbol bodhi invita a la introspección. No muy lejos, en la ladera del Monte Pequeño (Nui nho), se alza Niet Ban Tinh Xa, considerada una de las pagodas más bellas de la ciudad.
En el corazón de Vung Tau se encuentra Linh Son Co Tu, también conocida como la Pagoda del Buda Dorado. Reconocida entre los 100 destinos espirituales más destacados de Vietnam, ha sido declarada Monumento Nacional Histórico y Cultural. Este templo recibe visitantes durante todo el año, especialmente en los primeros días de la primavera.
“Vengo frecuentemente a la pagoda Linh Son Co Tu en los primeros días del año, para pedir paz para el país, prosperidad y bienestar para mi familia, éxito en el trabajo y que mis hijos y nietos alcancen logros en la vida”, expresó una visitante.
“A comienzos de año los fieles budistas visitan las pagodas para rezar por la paz en el hogar, reconectar con el camino del bien, hacer el bien y evitar el mal, en consonancia con las doctrinas del budismo”, dijo otro peregrino.
 La arquitectura de la puerta principal del complejo de la Casa Comunal Long Son. (Foto: Hoang Tuyet/VNA) |
Además de su red de pagodas, Ba Ria-Vung Tau se distingue por santuarios y templos vinculados a la espiritualidad popular y el culto a los ancestros. En la comuna de Long Hai, el templo de la Dama de los Cinco Elementos es un vivo ejemplo del arraigado culto a la Madre en el sur de Vietnam.
Cada año, durante las grandes festividades, acuden allí multitudes de fieles y pescadores, quienes entre el incienso elevan plegarias por paz, fortuna y cosechas abundantes del mar.
Otro lugar emblemático es la casa comunal Thang Tam, donde los pobladores rinden tributo a quienes fundaron y protegieron estas tierras. Considerado uno de los patrimonios más antiguos de la región, este recinto encierra un profundo valor histórico y espiritual.
La Casa Comunal Long Son es un conjunto arquitectónico tradicional destacado de la región que fusiona el culto a la tierra y el cielo con elementos del confucianismo, el taoísmo y la veneración al maestro Tran. Esta fe promueve una vida sencilla y libre, sin rituales rígidos, guiada por la búsqueda de la verdad, la bondad y la belleza.
 La estatua de Cristo, erigida en el Monte Pequeño. (Foto: Nguyen Trang/ittpa.baria-vungtau.gov.vn) |
Lo que hace única a Ba Ria-Vung Tau en el mapa del turismo espiritual del país no es sólo su aura sagrada, sino la armonía entre lo místico y la majestuosidad natural. Testimonio de ello es la estatua de Cristo, de 32 metros, erigida en la cima del Monte Pequeño, símbolo de la ciudad costera y lugar de peregrinación católica con vistas panorámicas inolvidables. Varios visitantes compartieron su impresión del sitio:
“La arquitectura de la estatua es majestuosa, con una presencia imponente que encarna la solemnidad de Cristo Rey. Aunque la subida hasta la cima requiere esfuerzo, la experiencia vale cada paso, y llegar hasta allí se convierte en una conquista personal”, dijo un hombre.
“Es un lugar muy especial de Vung Tau. Quería contemplar la ciudad desde otra perspectiva y llevarme también algunas fotos memorables”, manifestó una mujer.
Vung Tau deslumbra por su paisaje natural, pero hay rincones donde el alma se sobrecoge por la profundidad de la historia. Uno de ellos es Con Dao, donde cada paso sobre la isla parece tocar una memoria, cada brisa lleva el eco de las voces ancestrales.
Frente al Cementerio de Hang Duong o la tumba de la heroína Vo Thi Sau, Con Dao se convierte en un santuario del alma vietnamita. Un lugar donde el pueblo rinde homenaje, reencuentra su fe, y revive el amor por la patria.
 Una vista de la zona especial de Con Dao, perteneciente a Ciudad Ho Chi Minh. (Foto: VNA) |
En medio del ajetreo cotidiano, Con Dao ofrece un remanso de introspección. El turismo espiritual aquí no es una búsqueda pasajera de fortuna, sino un puente hacia la historia, el alma del país y la esencia de cada ser.
Es un viaje donde el espíritu de las montañas y el mar se funde con la memoria colectiva, donde el dolor del pasado florece en orgullo nacional. Visitar estos lugares es mucho más que hacer turismo; es escuchar el susurro de la tierra sagrada y abrazar la herencia espiritual y cultural que la envuelve.