Danh Yen, un juego alegre y de ambiente festivo de la etnia Mong

Hoàng Phúc & Vĩnh Phong
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(VOVWORLD) - Similar al bádminton, el Danh Yen de los Mong residentes en la provincia norvietnamita de Ha Giang, es uno de los juegos tradicionales que no pueden faltar en sus fiestas aldeanas o actividades comunitarias, junto al juego de peonza y el empujón de palo.
Danh Yen, un juego alegre y de ambiente festivo de la etnia Mong - ảnh 1Danh Yen es un juego popular de la etnia Mong en Ha Giang.

Los Mong juegan el Danh Yen también con dos raquetas hechas de madera y un volante llamado Yen. Muy parecido al bádminton, pero este juego no necesita una red, solo un terreno llano, no muy vasto, mientras las raquetas que usan son de madera con mango más corto, similares a las del tenis de mesa. 

Vinculado con una leyenda sobre el amor de una pareja de dos mundos, uno del cielo y otra de la tierra, ambos conectados por el juego Danh Yen, su objetivo es simplemente mejorar la salud de los jugadores y aumentar la interacción, y no se trata de una competencia.

Eso explica el porqué de la ausencia de leyes y de ganadores y perdedores en este juego, el cual deviene popular desde desconocidas fechas en la comunidad minoritaria Mong, en el distrito montañoso de Quan Ba, de la provincia de Ha Giang.

En las celebraciones y fiestas tradicionales, los autóctonos visten hermosos trajes, y no se olvidan de preparar nuevas raquetas y plumas más llamativas para el Danh Yen, todos con ganas de sumarse al juego. Vang Ngoc Xuan, residente en la comuna de Thanh Van, del distrito de Quang Ba, expresó: “Los Mong en Ha Giang tenemos varios juegos populares particulares, como ‘tu lu’ (la peonza),  empujón de palo, así como tira y afloja, pero el más divertido siempre ha sido el ‘Danh Yen’. Cualquier persona puede participar en este juego. Es realmente divertido”.

Danh Yen, un juego alegre y de ambiente festivo de la etnia Mong - ảnh 2El juego ayuda a las personas a acercarse más.

Con raquetas de madera hechas de la madera del nimbo de la India o del pino, que es ligera y resistente, los toques del volante con estas generan sonidos alegres. Participar en este juego es también una manera para mostrar el ingenio, la destreza y el juicio de cada jugador.

Según Vuong Thi Sim, radicada en la comuna de Thanh Van, distrito de Quan Ba, al llegar un festival o el Año Nuevo, además de preparar ropa nueva para sus hijos, ella y su esposo también hacen nuevas raquetas y nuevos volantes para el juego Danh Yen en el que participará toda su familia. Acerca de cómo elaborar las raquetas y la pluma, Sim precisó lo siguiente: “Para que el volante vuele alto y dé giros hermosos, necesitamos de 5 a 7 plumas de gallo. Estas son pegadas a un pequeño tubo de bambú, que debe ser de ramas de bambú viejas y rectas. Lo siguiente es hacer una raqueta de madera, para la cual hay que elegir tablas de madera de 35 a 40 centímetros de largo y de 25-30 centímetros de ancho, con un mango en un extremo”.

En terrenos amplios, cada pareja juega el Danh Yen cruzando el volante con sus raquetas, y también manifestando el amor a través de ojos centelleantes, sonrisas radiantes y sus mejillas sonrosadas.

En realidad, este juego popular no solo ayuda a unir a las personas del pueblo, sino que también es una forma para iniciar o desarrollar relaciones amorosas entre hombres y mujeres jóvenes. Se cree que si una chica y un chico juegan juntos este deporte durante más de 10 minutos sin dejar que la pluma caiga al suelo, eso es prueba de que están predestinados el uno para el otro. Según la aldeana Vuong Thi Sim, a partir de los sets de Danh Yen, una pareja se conoce más profundamente y puede llegar a unirse como marido y mujer.

“Tanto las personas mayores como los niños pueden sumarse a este juego, que resulta ser divertido para todos. La actividad también permite a las personas vincularse más estrechamente en los días festivos como el Año Nuevo Lunar en la primavera”, explicó.

Viniendo a Ha Giang en días que coinciden con festividades, el sonido de los volantes en las raquetas invita a todos a unirse al juego para acercarse y juntos celebran las fiestas, contribuyendo de esa manera a preservar los valores culturales y espirituales únicos del pueblo Mong en las alturas del norte.

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